Balades dels ocells,
quan s’acaba el dia
perque ja passa la calor,
i el sol s’aprima.
I jo, sobre l’herba,
vora el riu
amb els arbres,
que em fan companyia
miro el cel
i penso en la teva pell,
tan fina,
i els teus ulls brillen
com l’aigua cristallina.
Vull agafar-te la mà
i el que toco és l’argila
de la vora de la riba.
I l’ocell gran ja canta,
la seva cancó de melangia,
demamant quan podrà veure,
la perdiu que estima
2 comentaris
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Juliol 1, 2011 a 7:37 pm
QUALSEVOL
La encuesta le sale rana
01-07-2011 | 38
Ni las artimañas de los referendos ilegales, que han sido numerosos y con resultados decepcionantes, ni las declaraciones de prebostes como Jordi Pujol, que han abogado públicamente por cortar amarras con el resto de España, ni el lloriqueo constante y falso de “Madrid nos roba” han logrado convencer a una sociedad catalana que se muestra mucho más sensata e inteligente que sus políticos.
Si los datos son lo que importa, los ofrecidos el miércoles por el Centro de Estudios de Opinión de la Generalitat de Cataluña sobre lo que piensan los ciudadanos acerca de la independencia adquieren una vital relevancia: el 51,5% de los catalanes no votaría a favor de la secesión. Para muchos, que ganen los no independentistas por un pequeño margen no representa una victoria significativa. Una conclusión a todas luces errónea. Después de ocho años de Gobiernos tripartitos con Maragall y Montilla, de marcado carácter nacionalista e independentista, que han dedicado grandes esfuerzos y presupuestos millonarios a fomentar el separatismo, la sociedad catalana sigue decantándose en su mayoría por la unión y la pertenencia a España, y eso es, sin ninguna duda, una estrepitosa derrota para el secesionismo militante. Ni las artimañas de los referendos ilegales, que han sido numerosos y con resultados decepcionantes, ni las declaraciones de prebostes como Jordi Pujol, que han abogado públicamente por cortar amarras con el resto de España, ni el lloriqueo constante y falso de “Madrid nos roba” han logrado convencer a una sociedad catalana que se muestra mucho más sensata e inteligente que sus políticos. A los fríos datos de una encuesta hay que sumarle todo lo que se esconde en la trastienda de la cocina donde se han elaborado las cifras y las preguntas de ese barómetro. De entrada, destaca que el Centro de Estudios de Cataluña está encomendado por Artur Mas a Jordi Argelaguet, un antiguo militante de ERC y del violento Moviment de Defensa de la Terra (MDT), organización política de ideología independentista catalana y revolucionaria que surgió de la confluencia entre dos formaciones secesionistas (PSAN e IPC). Que un barómetro esté dirigido por un personaje con semejante currículo es como pedir la predicción ‘científica’ del tiempo a un vendedor de paraguas. También sorprende, que frente a la opción de “estado independiente” el encuestador divida la de “no independiente” entre cuatro opciones de grado, y así multiplica automáticamente por cuatro el “clamor” independentista para su propaganda. Ciertamente torpe, pero efectista. Con ese traje a medida, y con su encuesta bajo el brazo, Artur Mas blandía los datos, esculpiendo titulares bien transmitidos a la lubrificada prensa, tan amiga de sus subvenciones.
La realidad siempre se obstina en hacerse visible. Frente a la predecible preocupación número uno de los catalanes –la crisis y el paro–, la preocupación identitaria ocupa el lugar número… ¡16! Clamorosa distancia que obligó al científico que cocinó la encuesta a omitir la pregunta del millón: ¿Cree usted que debería hacerse hoy un referéndum por la independencia? Lo que está claro es que quien más necesitaba la encuesta es Artur Mas. Sobre todo, para chantajear al anémico Zapatero y desarrollar un poco más su estrategia de presión para lograr el mismo trato fiscal que el País Vasco. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta que esta cifra, que el aparato populista de Artur Mas hará crecer con encuestas bien cocinadas, es también un reto para España. De poco vale ir a estos despechados con historias de la Historia. Ni con legalidades vigentes. O con mayorías que pueden menguar. Lo que hace falta es un proyecto de España que ilusione con un aval de presente; una necesaria seducción que Zapatero ha sustituido por tierra quemada y el engaño como lenguaje. Además de apadrinar el cambio de un discutido Estatut, ZP se atrevió a decir desde su ignorancia que el concepto de nación es “discutido y discutible”. Y eso pasa factura. Si los catalanes quieren, como arroja la encuesta, “gestionar sus propios recursos” es por la lógica reacción humana a la premisa mayor: que el Gobierno central no paga sus facturas cuando debe, cierto, o que los españoles “os explotan”, bulo populachero que ha hecho ya mella entre mucho incauto y que tendrá que gestionar y modular con inteligencia Rajoy.
Juliol 2, 2011 a 10:13 am
J.M.SOLE
Que té a veure el poema amb el que tu escrius….Jo tu dire ets un creti : un ( qualsevol ),descerebrat,mal nascut,ets una aberració de la natura amb una malvolença cap a tot el que faci olor de català. Es pot ser anormal,es pot ser fill de p…,es poden ser moltes coses,totes meys covard,en l`enpara de l`anonimat ets un difusor de merda.
Amb tot el meu fastic….Salud
p.d: Perdo als demes lectors pel meu vocabulari.