La lamentable peripecia protagonizada por la clase política catalana -y la española- en todo este asunto de la financiación, ha puesto de manifiesto, una vez más, la diferencia entre la realidad y los sueños.
La cutre comedia finalizada con la concesión de una limosna por el Estado a las autoridades autonómicas catalanas, encabezadas por José Montilla, un dirigente del PSOE, es el reflejo de la farsa en que se desenvuelve la política catalana.
De hecho, este acuerdo es el reparto por la administración central del Estado de algunas cantidades para que las autoridades regionales puedan cubrir, con más o menos solvencia, los gastos que se generan en sus territorios.
Éstos son los hechos. La pretensión de las autoridades de la Generalitat se basa en la ficción de que una nación ha negociado con otra para recuperar, al menos parcialmente, los recursos financieros que una de esas naciones -España- le arrebata habitualmente a la otra -Catalunya-. El expolio.
Todo este absurdo episodio, que ya se vivió con motivo de la reforma del Estatuto catalán, y que se volverá a vivir con la próxima negociación de la nueva financiación o de la nueva reforma del Estatuto, es muy ilustrativo de eso que se llama el encaje de Catalunya en España.
Veamos. En estos momentos, y al margen de los divertidos delirios de unos cuantos, Catalunya es una especie de provincia de España, beneficiada por algunas descentralizaciones administrativas y económicas. Más o menos.
Por contra, algunas de las autoridades regionales de Catalunya actúan y se comportan como autoridades de algo que es casi un Estado y que, como tal, marca sus distancias con otro Estado, el español.
De ahí derivan, entros ejemplos, esas patéticas aperturas de embajadas en el extranjero, realizadas con un cómico protocolo, y que reflejan hasta qué punto se ha difuminado la línea que separa la realidad de la farsa.
Seamos serios. Todo esto es querer y no poder. Es aparentar lo que no se es. Es engañar a los catalanes. Es utilizar a Catalunya para que algunos personajes con ínfulas de hombres de Estado protagonicen sus ridículos delirios de grandeza.
Si se quiere ser coherente, es preciso prescindir de estas comedias y asumir, con todas las consecuencias, que el único encaje viable para Catalunya en España es una confederación. Lo demás es hablar por hablar.
El único encaje es una Catalunya que, desde la independencia, llegue -o no- a un acuerdo con España para formar parte de una confederación. O de algo muy parecido a las estructuras y los conceptos de una confederación.
¿Una confederación? Sí. Una confederación ibérica con el País Vasco, Catalunya, Portugal, Galicia -unida o no a Portugal, ellos decidirán- y una Castilla que lidere al resto. Algo así. Es el único encaje posible, viable y razonable entre Catalunya y el agresivo, prepotente, autoritario y excluyente nacionalismo español.
¿Que es imposible? Ya veremos. Es cuestión de intentarlo. Y, sobre todo, es cuestión de dirigirse directamente hacia esta vía, asumiendo todas -absolutamente todas- las consecuencias.
Eso implica explicarle con claridad a los catalanes la realidad de la situación. Y exige prescindir, de una vez por todas, de los burócratas profesionales que han convertido el nacionalismo en una farsa, en una comedia, en un engaño. Éste es el encaje.
6 comentaris
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Juliol 28, 2009 a 9:40 am
jorfont
Lo que expone el Sr A Galeote en su intención de que los catalanes puedan proclamar algún día Cataluña en estado federal, seria un gran logro y una muy buena solución para ambos países, (Cataluña y España,) pero por desgracia es muy difícil de que se pueda lograr tal intento mientras en España existan exacerbados partidos nacionalistas españoles con mentes muy semejantes a los fanáticos nazis que aniquilaron Alemania y parte de Europa, o sea el principal partidos político que tenemos en España de derechas va disfrazado, ya que de puertas adentro son auténticos nazis, o sea NO son tolerantes y no aceptan ni dialogo ni razones de los que no se quieren someter a la Unidad de España, son los que prefieren una España mísera y desunida y que hablen obligadamente la lengua española, antes de aceptar que dentro el territorio Español pueda formar parte un país llamado Cataluña, y que a más hablen en catalán, en fin que gracias a este país muchas son las regiones de España que se han beneficiado, no obstante estos españolismos nunca van a ceder en dejarnos independizar.
Juliol 28, 2009 a 10:26 am
Josep (Benaguasil)
Comprove decebut com, una vegada més, el pensadors i creadors d’opinió se n’obliden del País valencià, Ses Illes Balears i Nafarroa. Ens inclouen, ens deixen a les mans de Castella. Es parla d’una Espanya confederada o d’una confederació amb Espanya? En el primer cas ens veuriem tots atrapats dins una Espanya confederada amb una tradició castellana autoritària…Res de nou. En el segon cas es prescindiría d’una part important de la nació, deixant-la en mans d’Espanya, de Castella, alhora que se’ns dividiria com a poble i com a nació. No m’atrau aquesta idea de la confederació. És clar que sería millor que el que tenim, però no deixa de ser un parany.
Juliol 28, 2009 a 10:28 am
Josep (Benaguasil)
No encaixem a Espanya, senzillament perquè no sm castellans i aquests no ens volen. Aquests volen la nostra terra i la nostra desaparició, el primer la llengua, perquè sense llengua no hi ha poble.
Juliol 28, 2009 a 10:45 am
J.M.SOLE
Com independentista qué soc em sembla digne d`elogi el reconeixement gradual del seyor Galeote pel que fa a la necessitat urgent d`alliberament del nostre poble.
La questió és ja més evident,i la resta són histories de miserables !!!!!!.
Salud companys.
Juliol 28, 2009 a 11:24 am
jorfont
Josep (Beneguasil) li demano perdo per no haver inclos els pàisos catalans en el meu comentari, cosa que acepto la seva estirada de orelles, o sigui : Un estat federal dels paisos Catalans.
Juliol 30, 2009 a 11:11 am
Josep (Benaguasil)
jorfont, tranquil home! No hi ha cap problema. AL meu anterior comentari em refería a l’opinió del senyor Galeote. L’encaix de Catalunya amb Espanya no és que siga difícil, és impossible, precissament perquè els espanyols castellanistes no admeten alra realitat que la seva. Al cap i a la fí no s’aclareix si la confederació sería dins Espanya o amb Espanya. Hi ha una gran diferència. I tot i la respectable i raonada opinió del senyor Galeote, pense que no hi haurà solució per al nostre poble, no ens respectaran si no es contempla un estat propi, res de confederacions amb o dins Espanya. Ens cal un estat propi confederat als Països Catalans.
Altra cossa és pà per avui i fam per a demà, o dit d’altra manera: això és aigua en cistella.